Marketing JM - Abril 30

Nunca es tarde para triunfar

Una curva de aprendizaje más lenta o circunstancias externas pueden hacer que algunas personas tarden más de lo habitual en alcanzar su máximo potencial. “La historia está llena de editores, entrenadores o jefes que juzgaron con parámetros incorrectos a personas o a sus obras”. Ante ellos, solo cabe “perseverar y aprender de los fracasos”, recomienda. Prohibido desanimarse o perder la autoestima. “Hay que anticiparse, innovar, aplicar creatividad y mantenerse al día, sobre todo en TIC y en idiomas. La palabra mágica es ‘reinvención”, añade.

No obstante, reinventarse no siempre será fácil, especialmente en el seno de ciertas organizaciones. “Las estructuras de poder no están preparadas para aceptar cambios en las carreras a cierta edad. Y tampoco tienen paciencia para esperar que la mejor versión de un profesional ya maduro esté aún por llegar”.

el talento tardío solo podrá desarrollarse adecuadamente si cuenta con un ambiente laboral en el que “exista una visión más allá de un horizonte de 50 metros”.

Dicen que en la NASA hay un póster de una abeja con la leyenda: “Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe”. Una lección que bien podrían aplicarse las personas que tienen la tentación de tirar la toalla si pasa el tiempo sin que se cumplan sus expectativas profesionales. Aunque también, conviene tener la suficiente capacidad de autocrítica y reflexión para intentar salir del bucle. “Si han pasado 10 años y sigues atascado, tienes que pararte a pensar si estás en el lugar adecuado o qué te puede faltar para seguir mejorando”.

Pero si el éxito no llega (o se agota) por un camino, ¿por qué no intentarlo por otro?, con determinación y una visión clara de lo que se desea, es posible. “Cada vez hay más personas que a partir de los 40 se plantean si quieren seguir haciendo lo mismo o si es hora de cambiar el foco”. Eso sí, el mercado no se lo pondrá fácil a un abogado de toda la vida que, de pronto, quiera convertirse en experto en marketing o en chef.

poner en valor esa “otra experiencia” del candidato. “No partes de cero. Quizás no tengas el conocimiento técnico de otros, pero lo suples con una serie de aprendizajes muy valiosos que has acumulado a lo largo de tu carrera. Habilidades de gestión, flexibilidad, adaptabilidad, capacidad para resolver problemas… Con la edad tu cerebro es más eficiente con menos recursos”, el talento tardío es, definitivamente, una apuesta de futuro. “Porque igual que tarda en explotar, perdura”.